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Mi Pausa duró un poquito más que un embarazo.

Mi Pausa duró un poquito más que un embarazo...

 

 

Eso es lo que me tomó mi pausa de redes sociales.  10 meses. La última vez que compartí fue el 14 de agosto de 2022.  Y justamente, unos días antes había dado el sí a una oferta de trabajo para volver a trabajar en un bufete de abogados. 

 

Por mucho tiempo dije que NUNCA iba a volver a trabajar en bufete, pero cambié de opinión y estuve abierta a intentarlo. ¡Un ingreso más estable nos caería súper bien a mí y a mi familia!  El  problema fue la intención detrás de dar el sí a la oferta. Pude reconocer que era solamente por la parte económica.  Quería poder aportar de forma más estable y continua a mi casa y el nuevo ingreso nos venía súper bien. Así que mi primer día en el bufete fue el 15 de agosto de 2022.  ¡Apenas para el Día de la Madre!

 

Lo que nadie vio venir, ni siquiera yo, fue la resistencia interna que esto generó dentro de mí.   Fue como si la boca fue la que dijo sí, pero mi mente, corazón, espíritu, intuición y todo lo demás decía NO.  No llevaba ni dos días de estar trabajando, cuando de repente me enfermé. Dolores de cabeza intensos, sinusitis, malestar general, muchos medicamentos y muchos días sintiéndome así de forma intermitente.  Se me iba y me regresaba.  Además,  mi humor no era el mejor.  Pues todo fue un mix de retomar temas que ya conocía pero que hacía mucho tiempo no practicaba, de acoplarme a un horario (aunque fuera remoto), a hacer varias cosas para varias personas y todas con tiempos de entrega, y mantener todos los roles de la casa y ser mamá más mi Certificación de Coaching.  Y lo más importante, me enfoqué tanto en el trabajo legal, que dejé de hacer lo que más me gustaba que era compartir, ofrecer mis cursos y servicios, dar mis sesiones.  Me dediqué mucho solo a mi nuevo trabajo. A no quedarle mal a otros. A demostrar que sí podía a pesar de llevar 10 años fuera del mercado laboral.

 

Y en ese momento también estaba llevando mi Certificación como Coach y ya no podía conectarme a mis clases en vivo como me gustaba, me tocaba escuchar las grabaciones en el carro mientras llevaba o traía a mis hijas o en las noches o los fines de semana. Me tocó leerme varios de los libros de la certificación en ratitos libres y los fines de semana. Hasta que en una sesión con mi Coaching Partner (que fue lo máximo) me di cuenta que no quería seguir haciendo más el trabajo legal, por lo menos no de la forma en que lo estaba haciendo y con la auto-carga que me estaba poniendo. Entendí que mi trabajo era estar bien yo. Primero y antes que nada. Bien por dentro y por fuera.  Evidentemente por dentro no estaba feliz. Estaba sofocada, estaba frustrada por estar haciendo las cosas en una manera que no estaba totalmente alineada conmigo.

 

Así que un 1 de diciembre, día de partido de la Sele en el Mundial, fui con mucha valentía a poner mi renuncia.  A decirle no más al bufete, para empezar a decirme sí a mí. Mi paso por el bufete fue del 15 de agosto al 1 de diciembre.  ¿Y sabés qué? No pasa nada. No es ni bueno ni malo. Ni corto ni largo. Es lo que es.

 

Fue el tiempo perfecto para darme cuenta de varias cosas:

  1. Me di cuenta que todavía me gusta el Derecho y lo sigo practicando con mis amigos y familiares pero a mi ritmo y a mi tiempo y eligiendo a qué digo sí y a qué digo no.
  2. La intención desde donde hacemos las cosas, tiene un peso enorme en el resultado.
  3. Prefiero quedarle mal a otros (incluyendo a mi esposo) que quedarme mal a mí. 
  4. Está bien cambiar de opinión.
  5. El cuerpo es mensajero. Siempre nos da mensajes sobre nuestro estado emocional y si las decisiones que tomamos están alineadas o no.
  6. Nada pasa por accidente. Todo lo que experimentamos tiene una razón de ser.  Depende de nosotros descifrar qué nueva perspectiva nos trae determinada experiencia.
  7. La prosperidad no solo se mide en términos económicos. Me siento más próspera y abierta a posibilidades desde el día que renuncié al bufete y que me elegí a mí.

 

En estos días te cuento más sobre lo que ha pasado en este tiempo. 

 

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